Nada justifica el racismo: Estoy cansado de las excusas
No importa si el comentario es racista, machista, xenofóbico u homofóbico, no debe pasar y punto
En lo que llevo de vida, no he experimentado un ataque racista hacia mí. Al menos, no directamente. Aún no se si en alguna entrevista de trabajar no me aceptaron por ser negro y latino. Sin embargo, he leído casos y visto videos sobre esta conducta tan estúpida. Espero crear un tipo de reflexión a través de este escrito el cual llevo guardando dentro de mí desde inicios de esta semana y llegó el día de poder desahogarme.
Es increíble cómo al día de hoy, aún le dicen “mono” a una persona solo por su color de piel. De igual forma, maldicen a su madre y, por último, le desean la muerte. Algunos podrán indicar que la conducta va de la mano con la pasión que puede generar un deporte, y ese cuento yo no me lo como. Despotricar contra una persona con ese nivel del odio, va más allá de ser del equipo contrario. Cae en un acto violento que muchas veces no le quieren adjudicar a las palabras. Se minimiza el impacto que puede llegar a tener un comentario innecesario en la persona que lo recibe.
Por este tipo de ataques personas han cometido suicidio. De igual forma, han respondido de manera violenta. ¿Y qué hace gran parte de la población? Juzgar el acto de quien recibe el insulto. “Ah, no debió reaccionar así”, “Existen otras formas para combatir este problema”, “Si no hubiera provocado”, son algunos de los comentarios que generan una polémica como la de esta semana con Vinicius Jr.
Estoy cansado de que el bando que decide comparar una confrontación con otra o presentar “la mejor manera” para lidiar con este tipo de ataques sean quienes quieren tener el foco de atención. Quizás en su vida han experimentado un caso de racismo directo o indirecto, por lo que no puede ponerse en sus zapatos. Y, lo peor de todo, es que ni tan siquiera lo intenta. Es triste saber que esto no tan solo ocurre con el color de piel, sino también con mujeres, personas de la comunidad LGBTQ+, dependiendo de qué país vengas, entre otros.
La penalidad que debe tener este tipo de personas tendría que estar al nivel de una agresión física. Se ignora este tipo de odio y no se le da ni la atención ni la acción que se merece. Estamos en el 2023 y todavía es la hora que a muchos les cuesta convivir con el resto de la población. En un mundo tan globalizado como el que estamos viviendo, donde muchas culturas coexisten en un mismo espacio, es hora de fomentar la empatía, respeto y generosidad entre unos y otros. Al final del día, somos humanos no importa ni el género, ni la orientación sexual, ni el color de piel, ni el país de origen, ni nada para dar amor.
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